(Eleusis, actual Grecia, 525 a.C.-Gela, Sicilia,
456 a.C.) Trágico griego. Esquilo vivió en un período de grandeza para Atenas,
tras las victorias contra los persas en las batallas de Maratón y Salamina, en
las que participó directamente. Tras su primer éxito, Los persas (472 a.C.), Esquilo
realizó un viaje a Sicilia, llamado a la corte de Hierón, adonde volvería unos
años más tarde para instalarse definitivamente.
De las noventa obras que escribió Esquilo, sólo se
han conservado completas siete, entre ellas una trilogía, la Orestíada (Agamenón, Las coéforas y Las Euménides, 478 a.C.). Se
considera a Esquilo el fundador del género de la tragedia griega, a partir de la
lírica coral, al introducir un segundo actor en escena, lo cual permitió
independizar el diálogo del coro, aparte de otras innovaciones en la
escenografía y la técnica teatral.
Esquilo llevó a escena los grandes ciclos
mitológicos de la historia de Grecia, a través de los cuales reflejó la
sumisión del hombre a un destino superior incluso a la voluntad divina, una
fatalidad eterna (moira) que
rige la naturaleza y contra la cual los actos individuales son estériles, puro
orgullo (hybris, desmesura)
abocado al necesario castigo. En sus obras, el héroe trágico, que no se
encuentra envuelto en grandes acciones, aparece en el centro de este orden
cósmico; el valor simbólico pasa a primer término, frente al tratamiento
psicológico.
El género trágico representó una perfecta
síntesis de las tensiones culturales que vivía la Grecia clásica entre las
creencias religiosas tradicionales y las nuevas tendencias racionalistas y
democráticas. Amén de las citadas, las obras de Esquilo que se han conservado
son:
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